En un entorno profesional cada vez más exigente es importante contar con herramientas que nos ayuden a gestionar el estrés del día a día. Gracias a que cada vez son más las empresas comprometidas con el bienestar de sus equipos, ofrecer clases de Yoga es sin duda una forma muy beneficiosa que repercute de manera directa en el rendimiento personal y en el ambiente laboral.
Las clases de Yoga que imparto para Empresas se adaptan a todos los niveles, desde personas que no hayan practicado con anterioridad hasta aquellas con una práctica habitual. En cualquiera de los casos, será sin duda un valor añadido que contribuirá a la mejora de la empresa y sus empleados.
Me desplazo hasta tus oficinas para impartir la clase a grupos adaptándome al horario más adecuado. Sólo necesitaremos una sala diáfana y que cada persona acuda con ropa cómoda y una esterilla antideslizante.
Preguntas frecuentes
Lo básico que necesitarás llevar a una clase de yoga:
- Una esterilla o tapete
- Ropa cómoda que no te tire o apriete (tampoco muy suelta, para poder realizar las posturas con facilidad y que no queden ciertas partes del cuerpo al descubierto).
- Una mantita o chal (depende de la época del año) para la relajación, ya que al tumbarte después de una serie de asanas la temperatura corporal baja y el cuerpo se queda frío.
Depende del estilo de yoga que realicemos, pero en general se basa en un pequeño calentamiento inicial, una serie de asanas o posturas de yoga dinámicas y una relajación final. Dependiendo de la clase y el estilo de yoga, se incluirá una pequeña práctica de pranayama (ejercicios de respiración) y una meditación.
¡Por supuesto que sí! El yoga es para todos y todas sin discriminación de edad, condición o sexo. La flexibilidad no es, en ningún caso, requisito para la práctica sino que es una consecuencia de ella. Cuanto más practiques y tu práctica sea más regular, tu cuerpo se volverá más ágil, flexible y fuerte.
Comprueba que la case a la que quieres asistir sea de tu nivel. Pregunta al profesor y habla con el grupo (si es que asistes con más personas), para saber el nivel de cada uno y hacérselo saber al profesor. De esta manera el profesor/a podrá ofrecer alternativas a los distintos niveles (principiantes, intermedio, avanzado) y podrás seguir la clase sin problemas.
Lo más importante es no tener miedo al ridículo ya que en yoga no existe la competición entre alumnos ni con uno mismo. Cada uno lleva su ritmo y su camino personal conforme a sus posibilidades.
Depende de tu disponibilidad. Lo ideal sería practicar a diario, dejando un día para descansar. Si el tiempo no te lo permite puedes al menos tomar una clase a la semana, ampliando tu práctica según vayan cambiando tus circunstancias. ¡Menos es nada!
La práctica regular de yoga no se centra en adelgazar. Sin embargo ayuda a fortalecer la musculatura, tonificar tu cuerpo y definir. La práctica continuada ayuda sobre todo a desarrollar la consciencia del cuerpo que te ayudará a conocerte mejor y quizás a verte de otra manera sin compararte con los demás.
La práctica constante y técnicas de relajación te servirán para desarrollar la perseverancia y disciplina, cualidades que te ayudan a reducir la ansiedad, controlar el hambre emocional y seguir una dieta sin sentirte frustrada. Además, determinadas asanas equilibran y estimulan el sistema digestivo a la vez que estilizan los músculos ayudándote a mejorar el aspecto general de tu cuerpo. El yoga no adelgaza pero sí estimula tu cuerpo y tu mente.
Esta pregunta es un miedo que, por suerte, cada vez se escucha menos… Lo más extraño que puedes encontrar en una clase de yoga son las palabras en sánscrito (antigua lengua de la India) al nombrar ciertas posturas o ejercicios. Recitar el mantra OM al inicio y al final de la clase de yoga también es algo habitual que podrás encontrar en una clase de yoga.
Si continúas con dudas puedes hablar con el responsable del centro para poder asistir a una clase de prueba y conocer el estilo y al profesor si así lo deseas.
«El Yoga es el camino, no el destino»